Estamos en pleno invierno, y aunque algunos cultivos son propios de esta estación, normalmente no se mantiene una gran producción ni en cantidad ni en variedad, y la verdad, tampoco apetece pasar mucho frío.
Es por eso el mejor momento de sentarse cerca de la estufa o el brasero, coger un buen libro de consulta, y planificar nuestro huerto para la siguiente temporada.
En primer lugar, hay que hacer un plano del terreno, de la terraza, o del balcón con sus macetas.
Y a la vez, hacer inventario de las semillas que tenemos guardadas, o que tenemos previsión de adquirir.
Entonces planificamos los espacios de siembra acordes a nuestras semillas, siguiendo estas directrices:
- Respetando lo mejor posible la asociación de cultivos por familias y las rotaciones para no agotar la tierra (este tema es muy amplio y dedicaremos una entrada aparte para explicarlo detenidamente).
- Planificando en un calendario o una libreta, cuando debemos sembrar (en semillero o en siembra directa), transplantar, recolectar, y los distintos cuidados que requerirán los cultivos a lo largo de su crecimiento y maduración.
- Si vamos a sembrar en macetas o tiestos, hay que planificar que semillas dedicaremos a que macetas, dependiendo del tamaño que requieran los distintos cultivos
- Planificar la forma de riego, adaptándolo preferiblemente a riegos eficaces como el goteo o el tubo exudante
- Adecuando el cultivo a todas las circunstancias que consideremos importantes, (zonas de humedad, zonas de sombra, zonas de viento, espacio disponible, etc)
Es una tarea muy importante, que la gente no suele hacer por dejadez, pero que merece mucho la pena. Conseguimos tener el huerto ordenado; al tener apuntadas las fechas claves no se nos pasa nada por alto; y al contemplar de antemano los posibles problemas que se nos pueden plantear tenemos mas tiempo para solucionarlos.
Ya sabes, coge papel y boli, y planifica!
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